Se vivió la noche de la reivindicación. Aunque fue la cuarta visita a Tucumán en poco más de tres años, resultó la primera como protagonistas excluyentes de la noche. Los Cafres, banda señera del reggae latinoamericano, le dieron con el gusto a 3.000 de sus seguidores tucumanos con un show tan ágil como intenso.
Fue una hora y 45 minutos de canciones que serpentearon por 23 años de trayectoria. Amores y abandonos se mezclaron con reclamos y denuncias, pero siempre con alegría y optimismo, como un envión hacia adelante en clave de baile cadencioso.
Los Cafres crecieron en los últimos años, tal vez más que en sus primeras dos décadas de existencia. Con tres discos en la calle en poco más de 12 meses, giras internacionales y festivales se potenció el impulso para el despegue definitivo. Ese que durante tanto tiempo les fue esquivo.
De todos modos, sorprendió la cantidad y el fervor del público. Cuando las luces de Floresta se apagaron, un griterío ensordecedor recibió a la banda y a su introducción incidental, con sintes y programaciones, de "La fábrica" (de "Vivo a lo cafre", 2004).
La pendular vida del reggae hace que los opuestos se complementen. O se toquen, si la gente baila apretada en un recital como el de Los Cafres. Y más si sobre el escenario hay un personaje que no deja de moverse , que arenga e incita a seguirlo en sus pasos de marioneta sin hilos. Movimientos que las chicas (mayoría indiscutida entre el público), agradecieron con gritos histéricos, remeras, banderas, pulseras y caramelos cayendo sobre el escenario. Guillermo Boneto, el cantante y frontman, devolvió sonrisas, halagos y guiños.
A partir de ahí desfilaron en orden aleatorio temas de todos los tiempos, aunque en especial los de "Barrilete" y "Hombre simple", los dos discos que salieron juntos en 2007 complementándose entre sí. Canciones que se escucharon mucho en las radios y que se colaron en el inconsciente más allá de gustos y edades. Porque no fueron sólo las huestes "rastas" tucumanas las que llenaron Floresta.
De su último disco, "Classic lover covers", sólo tocaron "Woman", de John Lennon. Otra versión que hicieron fue la de "Vos sabés", que aportaron al disco de tributo a Los Fabulosos Cadillacs.
Una buena: el sonido no fue motivo de críticas o quejas. El tinglado de chapa es difícil de controlar hasta para los más experimentados sonidistas, y en este caso sólo puede mencionarse como un problema la saturación de graves que se coló en algunos tramos.
Junto a Boneto, conforman la columna vertebral de Los Cafres el bajista Gonzalo Albornoz y el baterista Sebastián Paradisi. Ellos fueron presentados por separado y tuvieron la oportunidad de demostrarlo con sus solos.
Los bises fueron siete, con mucha nostalgia ("Aire", "De mi mente", "Si el amor se cae", y más), para cerrar con una seguidilla de hits radiales de los que abundan en la discografía cafre -como "Bastará"-, para cerrar definitivamente la extenuante jornada con el clásico "La receta". Todos felices.